Guardalavaca
“Guarda la vaca”, solían gritar los habitantes de Holguín al divisar una embarcación pirata. La frase, hace tres siglos, incitaba a huir con rapidez. El grito se convirtió en el nombre de una de las playas más hermosas de Cuba.
Cristóbal Colón fue el primer admirador conocido de las playas holguineras.
En su diario de navegación escribió: “Es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto”. La anotación data del 28 de octubre de 1492, fecha en que los navíos del Gran almirante estaban anclados en Bariay, a sólo unos kilómetros de Guardalavaca.
Cercana a las montañas de la Sierra de Cristal, arena fina, mar turquesa, vegetación abundante, esta playa pasa como uno de los ecosistemas mejor conservados de Cuba. En los bosques cercanos se puede apreciar una representación selecta de fauna cubana: tocororos, cateyes, guacamayos, cotorras, pájaros carpinteros, manatíes y jutías.
Muy cercano a Guardalavaca se encuentra Banes donde está el Museo Aborigen más completo del país. Cráneos, collares, herramientas, son algunos de las piezas presentes allí. El objeto más famoso es el Ídolo del Oro, una artesanía de oro puro y que pesa más de 10 kilates.
La mayor parte de la riqueza acumulada en Banes proviene del yacimiento Arqueológico Chorro de Maíta, lugar en que se asentó una aldea taína. También se halla en las inmediaciones la ciudad de Gibara, una preciosa muestra de la arquitectura colonial. Cerca de ella se encuentra La Silla, una montaña muy parecida a una silla de equitación, y el Pico Cristal, punto máximo de la sierra homónima.
Entre los hoteles recomendados se encuentran: Meliá de Oro, Brisas Guardalavaca y el Club Amigo Atlántico-Guardalavaca. Desde el aeropuerto de Holguín se puede volar a cualquier parte de Cuba o del mundo. Los visitantes que más acuden a Guardalavaca provienen de Inglaterra, Canadá, Alemania y Austria.
Al visitar esta playa del oriente cubano, usted se encontrará con la belleza, la diversión y la historia. Como atractivo adicional tendrá el gusto de comprobar por sí mismo la verdad en las palabras de Cristóbal Colón.