El Carnaval de La Habana
Los hombres vestidos de azul y blanco ocupan la amplia avenida. Si fuera de día cualquiera pudiera pensar que el mar se ha desbordado hasta la ciudad. «El Alacrán, el alacrán», vocean algunos desde las aceras. Así se le llama en Cuba a los escorpiones.
Se trata, muchos lo habrán adivinado, de la centenaria comparsa habanera, El Alacrán, que con su color peculiar adorna cada año los carnavales habaneros. Fundada en el 1908, se le reorganizó en el 1937 y desde esa época la conforman habitantes de El Cerro, uno de los barrios más llamativos de la capital cubana.
Los faroleros de El Alacrán hacen las piruetas más vistosas de todo el carnaval. Son hombres que cargan un palo con un farol en la punta y lo hacen girar constantemente. Los cantos del Alacrán han sido grabados en varias ocasiones. Su conga mueve las piernas de todos en la fiesta.
El carnaval habanero comienza la primera semana de agosto. Su origen data de las fiestas del Corpus Christi y la Epifanía, fecha en que los esclavos celebraban sus reuniones.
En algunos lugares esto ocurría en febrero, en ocasión del «Día de Reyes». Se dice que el primer carnaval habanero se celebró el 24 de febrero de 1895 mientras en las provincias orientales se iniciaba la Guerra del 95, tercer intento de los cubanos por independizarse de España.
Actualmente las actividades ocupan el Malecón, una avenida que bordea el mar. Las carrozas, una especie de comparsa con tema central, tienen un área de una milla de largo para desfilar. En total concursan 10 carrozas y 13 comparsas.
Por el día se efectúa el carnaval infantil, mientras por toda la ciudad se exponen pinturas y se hacen ferias de libros. A las nueve de la noche el cañonazo, una ceremonia que ocurre en la fortaleza San Carlos de la Cabaña, da inicio al jolgorio.
En las áreas aledañas a la zona de desfile se ofrecen variadas ofertas gastronómicas provenientes de los mejores restaurantes de la Habana. Ahí se puede encontrar comida cubana, china, italiana, española, mariscos así como la tradicional cerveza fría y el ron.
Los habaneros acogen a cualquiera que venga a pasar el carnaval con ellos. Le brindan una atención esmerada y hasta lo enseñan a bailar. Turistas de varios países escogen la fecha para venir a la capital de Cuba en tiempos de carnaval.