La Nueva Trova cubana
El periodista le pidió a Silvio Rodríguez que le cantara una canción específica. Silvio sacó un libraco tremendo de una gaveta. «¿Cuál dijo que quería escuchar?», preguntó. Su interlocutor repitió el nombre. El músico buscó en el índice hasta que encontró la página donde se encontraba el tema. Después aclaró:
«A ustedes les puede parecer raro que yo no me sepa mis propias canciones. Pero miren, son más de mil. Aquí las conservo todas para si a alguien se le ocurre pedirme una que no tenga en el repertorio».
Al mencionar el nombre de Silvio Rodríguez nos encontramos quizás ante el músico cubano vivo más famoso. He visto cómo en varios países el público corea sus canciones por miles. También el fenómeno de que en ocasiones tiene que salir más de diez veces a cantar otro tema.
Silvio pertenece a la Nueva Trova, una corriente musical surgida en el 1972 durante el Primer Encuentro de la Asociación de Jóvenes Trovadores celebrado en Manzanillo. En un principio estuvo integrada también por Pablito Milanés, Noel Nicola y Vicente Feliú. Luego se integraron Augusto Blanca y Sarah González.
Algunos de ellos, como Pablito Milanés, provenían del feeling. Se encontraron en 1967 en el Encuentro de la Canción Protesta auspiciado por la Casa de las Américas. La mayor parte de ellos no había cursado estudios musicales.
Después coincidieron en el Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), fundado por Leo Brower en 1969. Allí compusieron bandas sonoras para algunos de los primeros filmes cubanos. También recibieron lecciones del propio Brower, Juan Elósegui y Federico Smith.
Su consagración vino en el 1972 cuando Pablo, Silvio y Noel participaron en el Festival de la Canción Política en la antigua Alemania Democrática (RDA). Se les conoce en la mayor parte de América Latina. También en Europa y África, en este último continente tienen particular aceptación en Angola.
Los concierto de la Nueva Trova van acompañadas de manifestaciones populares que abarrotan teatros y plazas. Este fenómeno de popularidad está asociado al contenido de sus canciones, que ofrecen una interpretación única del mundo en que viven.