La palma real, símbolo de la nacionalidad cubana
El extremo inferior derecho del Escudo Nacional de Cuba contiene una palma real, símbolo de la hidalguía y serena firmeza del cubano. Con posterioridad se le ha nombrado “el escudo de la palma real”.
La palma, al mismo tiempo que guardiana de los campos, carga con un peso simbólico tremendo en la historia de Cuba. Se la puede ver erguida, desafiante, con el penacho al viento. Como si vigilara que nadie turbe la paz de los paisajes.
Su nombre científico es Roystonca Regia. Árbol elevado, inerme, de 40 a 50 pies de altura. Sin discusión es la planta más útil de los paisajes cubanos. De su tronco se hacen tablas para las casas, las pencas sirven para techar las casas y proporcionan un frescor beneficioso dado el clima cubano.
Con las yaguas (base de las hojas) se envasa el tabaco. Los frutos, llamados palmiche, se utilizan para alimentar a los cerdos. Las flores proporcionan alimento abundante para las abejas. De los racimos, ya despojados de los frutos, se construyen escobas muy utilizadas para barrer los patios de tierra de las casas cubanas.
Al cogollo o corazón de la planta se le nombra palmito y mucha gente lo emplea para comer en sopas y ensaladas. Este fue uno de los alimentos más utilizados por lo revolucionarios del siglo XIX. El aceite de palmiche se empleó en la fabricación de jabones.
La palma real florece y fructifica durante todo el año y cada una da de dos a ocho racimos de palmiche cuyo peso oscila desde las 70 hasta las 175 libras. Durante bastante tiempo se pensó que sólo existía una variedad de palma real en Cuba pero hace unos años se clasificaron unas cuatro diferentes.
La palma uno de los símbolos de Shangó, orisha del panteón yoruba, y cuya representación del santoral católico corresponde a Santa Bárbara. No es raro ver a los practicantes colocar en una palma ofrendas para su protector, el dios guerrero y amante de mujeres que maneja la centella y los truenos.