Mural de la Prehistoria, una excursión al pasado de Cuba

Más de 50 años después de su creación el Mural de la Prehistoria constituye uno de los atractivos turísticos más llamativos del occidente cubano y uno de los patrimonios artísticos más importantes del país.
El Mural de la Prehistoria fue pintado en 1959 por el pintor y científico Leovigildo González Morillo, quien fuera discípulo del muralista mexicano Diego Rivera y al posteriormente director de Cartografía de la Academia de Ciencias de Cuba.
La obra se encuentra sobre el mogote llamado Pita y expone el pasado histórico de la región mediante figuras humanas, de animales y de un tipo de moluscos que sólo se ha encontrado en el occidente de Cuba.
Su autor ideó un sistema de drenaje que evita los daños de la lluvia en el fresco de 120 metros de altura y 160 largo, la cual los visitantes deben contemplar desde lejos, tendidos en la hierba.
Para su restauración se emplean esmaltes resistentes a la erosión y a los fuertes vientos que azotan la región desde junio hasta diciembre. El proceso de mantenimiento, que se ejecuta exclusivamente a pincel, tiene una duración promedio de hasta cinco años.
Muy cerca del Mural de la Prehistoria se encuentra un restaurante campestre donde los visitantes pueden almorzar mientras admiran el hermoso Valle de Viñales, Paisaje Cultural de la Humanidad.