Wynton Marsalis y su Orquesta de Jazz del Lincoln Center llegan a La Habana

El trompetista estadounidense Wynton Marsalis y su Orquesta de Jazz del Lincoln Center de Nueva York arribaron el sábado Cuba para dar cuatro conciertos la próxima semana en La Habana, junto con el pianista y compositor cubano Chucho Valdés, informó la televisión local.
"Lo que queremos es pasar un buen tiempo, topar con muchos músicos y esperan tener un buen concierto. Queremos aprender bastante de la música cubana", dijo a su llegada a la isla Marsalis, de 49 años y jazzista de fama mundial desde los años 80, según las imágenes difundidas por televisión.
Marsalis y la Orquesta de Jazz del Lincoln Center que dirige se presentarán el martes, miércoles, jueves y sábado próximos en el céntrico Teatro Mella, junto con Cucho Valdés, de 68 años y ganador de siete premios Grammy. Cada presentación va a ser única, distinta, aseguró este sábado Adrian Ellis, su director ejecutivo.
Aproximadamente 15 músicos de la agrupación estarán en escena. El programa, pensado por Marsalis, Chucho Valdés y Carlos Enrique, acercará a los espectadores, en la primera jornada, a «la historia del big band de Estados Unidos». En la segunda participarán dos formatos pequeños: el de Wynton y el de Chucho. En la tercera estará la Big Band con invitados, y «la última será un concierto dedicado a los niños y jóvenes». Para Adrian Ellis lo esencial para la orquesta es «asegurar que haya un vital, vibrante y sano futuro para el jazz».
"A Chucho lo amo, es mi hermano", dijo Marsalis, quien también ofrecerá en La Habana una clase magistral para profesores y estudiantes, y visitará centros de enseñanza artística en La Habana.
La trayectoria de Marsalis le ha valido el cargo de Mensajero de Paz del secretario general de la ONU Koffi Annan y embajador cultural del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El intercambio cultural entre Cuba y Estados Unidos mejoró con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca hace dos años, tras tocar fondo en 2004, cuando la administración de George W. Bush casi lo había paralizado.